Páginas

martes, 20 de enero de 2015

Insomnio

La madrugada tiene ese encanto especial en el que te parece observar la realidad tras un cristal semiopaco. Sabes que has de descansar, dormir algo, prepararte para el siguiente día duro, que las horas se agotan a veces en esfuerzos estériles...y pese a ello no puedes dejar de compartir aunque sea un párrafo con el mundo exterior.
No es fácil escribir siquiera este mini post desde una tablet, a oscuras en la cama. Pero quería llorar un saludo, echarlo fuera, como se expele una esperanza.
Feliz noche, durmientes.



martes, 13 de enero de 2015

Vuelta a la carga….regreso al blog

 

iPad-2014.08.29-22.29.51.601

Hace mucho tiempo que no escribo nada en este blog, ninguna entrada, un blog inacabado. A veces uno se replantea si la necesidad de exteriorizar algunos pensamientos fuera de las redes sociales (no se me ocurre un sitio más inapropiado que una red social para ello) es natural, incluso fisiológica. En todo caso quizá suponga un alivio para mí mismo y vosotros, queridos lectores, siempre tenéis la posibilidad de no tener que leerlo, o cerrarlo justo en el primer párrafo.

La vuelta a estas páginas de pixeles, quizá suponga un paso atrás en el ritmo vertiginoso que la clínica y la gestión de la investigación supone en mi devenir diario. Quizá me esté recordando a mí mismo que hay vida más allá de los test estadísticos y de los objetivos de contrato programa. Quizá, querido lector, me esté recordando que he de cuidar más tanto mi relación contigo como con los propios seres que me rodean y quieren, muy especialmente con estos últimos.

Esta noche daré ya por concluida la elaboración de informes, las peleas continuas con el correo electrónico y los diálogos imposibles con SPSS y R. Mañana será otro día y, de momento, sólo me apetece contar que en la vida hay algo más, familia, mujer e hijos que te quieren tanto que dudas que estés devolviendo lo que merecen en su justa medida. También hay viejos y nuevos libros olvidados sobre la mesita de noche, libros que te recuerdan cada vez que te acuestas, que te dejas la sangre por algo que no sabes si en el fondo merecerá la pena. El olor a papel impreso, las cubiertas desgastadas por un manoseo ineficaz de la memoria de los muertos, que se aglutinan en el dormitorio… tantas y tantas cosas que uno pierde en el devenir de cada día…

Y cada día es un día que se va para no regresar. Lo que sí regresa, son mis locuras y transgresiones de madrugada.

Descansad mis queridos insomnes.