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sábado, 30 de junio de 2012

Una entrada borrada…PUES NO

Como comenté en la entrada inicial en la que presentaba este espacio, la semana anterior ha estado plagada de indignación tras una publicación en prensa y posteriormente en un blog personal.
Se trataba de una entrada injusta, desmedida, desde mi punto de vista agresiva y escrita muy en caliente (eso lo entiendo) por parte de alguien que, desde su óptica, sufrió un trato que no le agradó en el hospital donde trabajo. El medio en soporte papel donde fue publicada esta entrada ha tenido un comportamiento caballeroso y que le honra, no sustentando la opinión de la persona que vertió los comentarios en una columna de opinión, y brindándonos la oportunidad de replicar en la misma ubicación y columna. Es de agradecer y desde aquí, quiero hacerlo.
No obstante, la ofensiva entrada sigue siendo pública desde la página del blog del autor, contra el que no tengo nada personal pues ni le conozco, pero que me ha dolido tanto en cuanto desprestigia mi profesión y daña a mis compañeros. A aquel artículo publicado en el blog siguió un listado interminable de comentarios, réplicas y contrarréplicas del autor y de personal sanitario, siendo todo finalmente borrado por el propietario del blog. NO es en absoluto mi intención que dicho debate se reabra aquí, ese debate seguirá donde tiene que seguir, pero no en este blog, por lo que os pido encarecidamente a todos que os abstengáis de publicar comentarios sobre este punto en particular (a modo de excepción).
En dicho blog publiqué una respuesta al autor, desde mi punto de vista educada y seria, que también fue borrada junto a las demás y, sinceramente, no quiero que mi opinión sobre el asunto quede borrada sin más por alguien que me/nos ha tratado injustamente. Por ello os enlazo el artículo origen de la discordia (http://vjhernandezbru.blogspot.com.es/) y os pego debajo la respuesta que en su momento publiqué. Cada uno que juzgue como lo vea oportuno, eso sí y en este caso puntual, en privado, para evitar que esto se vuelva un campo de batalla. No merece la pena…. Cada cual que extraiga sus propias conclusiones.
RESPUESTA AL SR. HERNÁNDEZ BRU (borrada de su blog por el propietario)
Estimado Sr Bru:

En la entrada de su blog previa a la que motiva esta carta dice usted literalmente: “confundimos también nuestro derecho a la libertad de expresión con el poder opinar de lo que nos salga de los riñones, sin ninguna reflexión previa sobre las consecuencias que puedan tener nuestras opiniones, sobre la conveniencia o no de fundamentarlas y sobre la profundidad del ridículo que podemos llegar a hacer con su exposición pública”. Pues bien, mi querido admirador de Pérez Reverte, creo que ha llegado el momento de que Alatriste le diga algunas cosas que lo mismo su suficiencia ignora.

Soy Médico de Familia, trabajador del Servicio de Urgencias que usted tan alegremente denigra en su última entrada, y por cierto, no estaba el día que sufrió usted estos graves lances, pero “me ha tocado usted los riñones” y no puedo dejar de responderle. Me he procurado informar y le aseguro que no me ha intimidado nada su currículum (el mío de caerle en la cabeza le daría serios problemas, se lo garantizo). Sí me ha llamado la atención que, ante tan basta formación como tiene, el sentido común se le haya desarrollado escasamente, cosa de la evolución supongo y de aquello que el vulgo tan atinadamente expresa como “él pasó por la facultad, pero la facultad no pasó por él”.

No es mi interés, en absoluto, caer en la grosería ni en la falta de respeto, creo que con la ración que usted ha servido en un medio público ya tenemos para una buena temporada. Aprovechar una determinada posición como la de periodista, tener acceso a medios de difusión de noticias o un simple blog (esto último como cualquier otro ciudadano), no deberia servirle para intentar difamar, hundir, humillar, etc. a nadie: eso en mi pueblo es tener poca ética (o poca verguenza torera, le traduzco porque creo que tanto estudio le ha cundido poco).
En Urgencias del CH Torrecárdenas se trabaja mucho y bien. Obviamente hay muchas cosas que mejorar, pero ¿sabe? hoy que estoy saliente de otra guardia más de 24 horas llego satisfecho a casa, le diré por qué. Mientras usted soltaba todas esas afirmaciones gratuitas y barriobajeras sobre mis compañeros y mi servicio, yo me vine después de haber atendido a pacientes muy críticos, graves de verdad, habiendo salvado uno o medio pellejo de alguien, y dormiré a pata suelta. He visto muchas docenas de pacientes en este día, muchos de ellos muy graves, otros sin diagnóstico final tras varias pruebas de imagen y muchas horas de espera, pero es lo que hay. Como periodista,a poco que se informe (¿no lo hizo? ¡vaya¡) sabrá que esto es Medicina, no un curso online de matemática básica. Las cosas son así, conseguir el equilibrio entre salvarle la vida a los realmente graves y que los menos graves y los que traen banalidades no le abran a uno la crisma o le publiquen en un blog para externalizar sus carencias, proyectar su verborrea, evacuar esos bajos sentimientos que muestra (para eso le recomiendo la loperamida, pero corra que la retiran del mercado financiado...).

Nadie pasa al área de sillones sin pruebas que esperar, sin situación clínica que observar, parte usted de su propia y elaborada ignorancia (sumada a su cabreo superlativo). Estar en un sillón o en una cama no es una cuestión de horas, sino de gravedad y otros factores que escapan a su formación, así que procure documentarse. Hay un motivo secreto por el cual los pacientes graves están en camas, y los leves en un sillón, seguro que con un pequeño esfuerzo usted mismo es capaz de averiguarlo.

Le vieron médicos que son tíos que se visten por los pies y mujeres con los ovarios curtidos en batallas que desde su cómodo blog usted no puede ni oler. No son como usted los llama “doctores honoris causa”, ni “premios Nobel”, ni pastores para conducir ningún “rebaño” pues para nosotros son pacientes. Por cierto, como mi nombre figura al final tiene entera libertad para comprobar mis credenciales, pero bucee en la literatura médica seria, yo no me dedico a escribir para provocar, tendrá que esforzarse un pelín más... porque éste que suscribe ve pacientes, los trata, los cuida, los ayuda cuando se mueren, y además intenta hacer ciencia (bucee, bucee...). Mis compañeros, absolutamente todos, hacen lo mismo, porque no saben ser otra cosa que lo que ya son: MÉDICOS ( y enfermeros, auxiliares, celadores...). Estamos ahí, a pie de cama, cuando alguien defeca sangre, cuando la vomita, cuando hay que encerrarse en un cuarto aislado con un paciente de meningitis para hacer una punción lumbar, cuando salpica la sangre de un paciente con VIH hasta el techo. Señor Bru, hacemos nuestro trabajo lo mejor que sabemos, con lo que tenemos y con toda nuestra alma, robándole el tiempo de nuestra formación continuada a nuestras familias y teniendo que sufrir para colmo con periodistas que aprovechan su poltrona (o su blog, o su periódico) para difamar (tranquio, lo he mirado en el diccionario de la Real Academia, si el Juez lo mira no corro peligro)...

No quiero extenderme más, le diré por qué. Porque su escrito se merece una respuesta de otro tipo y créame, institucional o privada daremos cumplida respuesta a su solicitud.

Yo no estuve de guardia ese día Señor Bru, pero yo soy mis compañeros, esté o no esté, y hoy tiene usted un mal día porque “me ha tocado los riñones” y eso lo llevo fráncamente mal.

Sin más que decirle, por el momento, se despide atentamente

Juan Manuel García Torrecillas
Médico de Familia-SCCU del CH Torrecárdenas

Bienvenidos…

Hay momentos en la vida en los que uno necesita escribir para sí mismo, aunque sólo sea por el hecho de no torturar a los de siempre con tus quejas o tus lamentos. Desde aquí esto es posible; mi familia cercana no tendrá forzosamente que aguantar mis cuitas y mis queridos amigos lo harán a su antojo pues nadie les obliga a abrir siquiera esta página.

Tengo una hermosa familia a la que poder “torturar” con mis historias, avatares de cada día, preocupaciones… pero entiendo que no es justo hacer siempre recaer mis locuras sobre ellos. Este blog pretende dar cabida a mis inquietudes de médico alocado e inquieto de tal modo que sea el lector quien decida si quiere o no arriesgarse a leer la locura que ese día o semana se me ha ocurrido destilar. No es un blog de una temática concreta, seguramente contenga a partes iguales música, quejas, preocupaciones, ataques de “prurito profesional” y cualquier otra cosa que pase por mi desvencijado córtex… así que preparados para leer cualquier cosa, eso sí, siempre desde el máximo respeto, pero no por ello desde la máxima tibieza ni desde el cúlmen de la indolencia. No es mi clase ni mi estilo, no lo ha sido nunca, y no es noche para un debut de ese tipo ni para un cambio apresurado de chaqueta.

Esta pasada semana he tenido el dudoso privilegio de comprobar personalmente el daño que se puede hacer desde un blog. A ello me referiré con detalle en la próxima entrada. Es por esto por lo que deseo insistir en lo anterior: sin tibiezas, con mis rarezas y con el polvo de mis zapatillas, pero con educación y respeto, el debido a dos lectores (uno si acaso que acceda a esta página y otro el que suscribe).

No me extiendo más, bienvenidos amigos, pasen, acomódense, sean comprensivos con las torpezas de este escritor con grandes carencias y contribuyan con sus comentarios, seguramente muy enriquecedores. Aquí estoy, aquí estamos…