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domingo, 21 de octubre de 2012

Lo siento por la confianza…

 

Sentir que se destroza la confianza que has depositado durante años en algunos colectivos o personas, es, a qué negarlo una gran putada, como mínimo da para un estadillo de blog, o como dicen los más snobs, un “post”.

Hay ocasiones en las que, como decía mi viejo amigo Pepe, es mejor hacer como los buenos toreros: “parar y templar” y, justamente eso hago yo hoy. Ahora mismo no sé si seguir al frente de la tutoría de residentes es lo mejor (ni para mí ni para ellos). Tampoco tengo en absoluto claro si mis residentes están contando con un tutor a la altura de las circunstancias o, por contra, soy yo el que sigue creyendo que los residentes son de la pasta que eran, y los tiempos han cambiado… sinceramente, no lo sé.

Las decisiones en caliente nunca son una buena estrategia, lo tengo claro. Por este motivo me voy a dar un pequeño plazo de reflexión, básicamente hasta la incorporación de los nuevos R1. En este periodo intentaré hacer balance de lo que doy y lo que ellos dan a cambio. Las cuentas son las cuentas, ya veremos qué resulta de todo esto. Puede ocurrir, es probable, que sea yo el que no de lo suficiente.

Esta labor, que suele ser callada, a veces poco productiva y casi siempre poco reconocida, suele ocupar una parte no desdeñable de mi vida laboral pero también de la familiar. Reacciones, comportamientos y actitudes de personas en general (residentes, adjuntos, directivos, etc….) me obligan a plantearme este puñetero dilema y a tener que afrontarlo en breve. Quizá sigo en el limbo, recordando cuando daba las gracias porque de madrugada un adjunto me llamaba para enseñarme un caso curioso, una rareza. Quizá echo en falta cuando me mandaban de vuelta a mi consulta a corregir una historia clínica mal hecha, o incompleta. Quizá…quizá me haya suavizado con los tiempos y haya olvidado la máxima de que ser un buen tutor no tiene por qué significar ser un amigo para todos. El tiro va errado y torcido, no es nuevo, como veis, hay mucho que pensar.

Mientras tanto, seguiré escribiendo, tratando de publicar algo en lo que me gusta, trabajando según pueda y me dejen las jodidas circunstancias que nos están tocando vivir a todos. Y con buena música os dejo, mientras me lo medito. Feliz domingo

 

2 comentarios:

  1. Quizá lo que no sea tan buena idea es plantearse los conflictos como si fuesen dilemas. Un dilema, todo el mundo lo sabe, no ofrece como respuesta mas que el binario de los dos extremos del espectro (si/no, blanco/negro...).
    A estas alturas de nuestra vida los dilemas resultan un poquito reduccionistas, ya que hacen perder gran cantidad de matices que se encuentran, como no, en las soluciones intermedias.
    Cualquiera que se pregunte "valgo o no", vale por el mero hecho de plantearse el dilema (ahora si). Lo interesante no será tanto la respuesta, cualquier respuesta, sino el proceso de reflexión mediante el cual intentamos contestarnos.
    No importa que nosotros hayamos cambiado, que hayan cambiado ellos o la puñetera vida, porque, creo yo, el confort no está en el pasado (así éramos), sino en lo porvenir (cómo queremos ser/estar).
    No te empanes Juanma, ya que, en definitiva, el que mejor puede hacer algo es aquel que, con pasión, lo intenta...

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  2. Gracias por el comentario Presen, como siempre tan acertada... Realmente es un falso dilema, hay un camino en medio, y es no querer ser "amigo de tus hijos" y hacer lo que debes aunque se cisquen en tus parientes más frescos...
    Realmente es una relación de coste-beneficio. Sé lo que echo en el asador y si las cosas salen malas y medio crudas, lo mismo no me arrienda la ganancia. Más que empanado ando con un poco de mala uva dominguera ;) Pero bueno, eso se me suele pasar trabajando, así que al lío... que hay mucha faena¡
    Besos domingueros¡

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